jueves, 28 de mayo de 2009

Mi golosina, cocaína

Ella es como una golosina
que consume mi cabeza,
me controla, me domina,
contamina con fiereza.

Es un demonio de la suerte
que te atrapa e hipnotiza,
si pierdes te da la muerte
y si ganas otra dosis necesitas.

Me masturbas, me vomitas,
me conduces al infierno
de encontrarnos a escondidas.
No hay salidas.

Eras la vía de escape
y te has convertido en la cárcel
que me asfixia y sodomiza;
tú mierda blanca, yo sólo ceniza.





Texto más votado sobre la palabra "Golosina"

Leer más...

martes, 19 de mayo de 2009

Propuestas de personajes protagonistas

Éste es un aviso para los participantes del foro y del Proyecto 2:

Hemos abierto un nuevo hilo en el foro para que vayáis proponiendo personajes protagonistas para la historia que se ha propuesto. Y que una vez propuestos, votaremos.

Leer más...

Una mañana fría


-¡Hum!, un rico café- pensé en voz alta.
Era precisamente lo que necesitaba.
Las mañanas de diciembre eran muy frías en Lugo.

Me encontraba paseando por sus magníficas calles cuando una corriente de aire frío cruzó todo mi cuerpo, sentí la necesidad de resguardarme.
Entré en una vieja taberna y pedí un café muy caliente.

Me senté en el final de la barra y un viejo camarero, posiblemente el dueño, me lo sirvió.
Rodeé la taza con mis manos para intentar entrar en calor, degusté su peculiar aroma y bebí mi delicioso manjar.
Adoro el café de taberna, sabe diferente.

Me hallaba sumido en una vorágine de pensamientos cuando dos hombres vestidos con largas gabardinas grises y bufandas de lana negras atadas a sus cuellos, entraron en la cafetería.
Se sentaron en la mesa más alejada de la entrada y pidieron sendos cafés.

Me miraban constantemente, cosa que me puso un poco nervioso.
Decidí terminar mi parada y continuar con mi viaje.
Pagué mi café y me dirigí a la entrada.

Sentí como los hombres de gabardina clavaban su mirada en mi espalda.
Me volví despacio y los disparé.
Dos disparos perfectos en el entrecejo.
Estaban muertos.
También maté al camarero y a un cliente que trataba de huir.

Había tenido que matar a cuatro personas más por tomar una simple taza de café, pero no podía dejar huella y ellos me habían reconocido.

Salí de la cafetería y caminé por las frías calles de Lugo dispuesto a desaparecer.


Pilar Bermúdez Gil

Texto más votado sobre la palabra "Café"

Leer más...

viernes, 8 de mayo de 2009

Alcanzar el cielo

A Marina le gustaba volar, soñaba con verse rodeada de un solo e inmenso cielo azul, un cielo infinito. Y volar por sobre todos sus problemas y preocupaciones, observar la ciudad desde lo alto del cielo, riendo y soñando. Recordar aquellas cosas que dejó allí abajo, y regodearse en su felicidad al encontrarse libre como un pájaro, sin preocupaciones ni responsabilidades. Burlarse de aquellos que no fueron capaces del alcanzar el cielo y siguen allí, estancados en la superficie, sin ascender ni poder ser libres, para volar junto a ella.

Cuando tenía cinco años iba todas las tardes a la plaza de los sauces y se hamacaba sobre un columpio, intentando llegar tan alto como le era posible. Una noche, soñó que se columpiaba tan, tan alto, que llegaba a tocar el cielo con la punta de sus zapatitos de charol.

-Falta poco, ya casi llego- dijo al levantarse de su cama color cielo- y cuando lo alcance, volaré junto a los pájaros y saludaré a mamá desde una nube, y por las noches, descansaré sobre una estrella y nunca jamás volveré a temerle a la oscuridad, porque su luz me acompañará por siempre- se dijo con aire soñador, tan entusiasta que inundaba a la casa de un aroma de optimismo y tranquilidad.

Su madre la observaba en silencio y sonreía con ternura al ver que su hijita había salido como su padre: infinitamente bohemio y soñador.

A los ocho años, Marina se cansó de su columpio. Ahora quería nuevas metas, quería llegar al cielo, ya no le faltaba tan poco.
Luego de almorzar un domingo al mediodía, se dirigió hacia su habitación dando saltitos, salió por su ventana y trepó por el tejado. Una vez arriba, se asomó al borde de este, extendió sus brazos y saltó.

Se rompió la muñeca y la pierna izquierda. A su madre casi le agarra un ataque cuando se enteró de lo que intentaba hacer, quizás sus sueños habían llegado demasiado lejos.
Y también quizás, alcanzar el cielo no era tan sencillo como ella pensaba.


Uno de los texto más votados sobre la palabra "Cielo"

Leer más...

martes, 5 de mayo de 2009

Tiempo


El año que llegó a la ciudad era un hombre de costumbres, los domingos por la tarde fumaba tranquilo en su butaca, planeaba la semana, resolvía unos crucigramas y esperaba pacientemente que llegará el Lunes mirando por la ventana.
Una de esas tardes de domingo, estaba sentado en su butaca mirando al vacío como era costumbre, cuando de pronto se quedó embobado mirando a una mujer que pasaba por allí y entraba al portal de un edificio cerca de su casa.
Tal eran los sentimientos despertados en él, que desde el primer instante supo que ya nada sería igual. Desde aquella tarde, pensaba en ella cada día de la semana, esperando impaciente que llegará el domingo por la tarde para poder volver a verla. Pasaron las semanas, pasaron los meses, pasaron los años, pero nunca tuvo el valor suficiente para bajar las escaleras de su piso, salir a la calle y decirle que la amaba.
A veces, habría la ventana a su paso y le parecía oler su perfume, percibir sus emociones, si estaba triste, si estaba alegre, pero nunca se atrevió a ir más lejos.
Un domingo, de pronto la mujer dejó de pasar por allí y de entrar a ese portal, el hombre preocupado se espero toda la semana
hasta el próximo domingo, pero por desgracia tampoco apareció.

....

Harto de esperar, y con una angustia que lo comía por dentro, decidió ir a su puerta para enterarse qué le había pasado a la mujer de su vida. Llamó, pero nadie contestó… volvió a llamar y nada, a la tercera renunció e hizo ademán de irse pero entonces se abrió. No salió nadie, y tampoco había luz así que entró sigilosamente y encendió la luz. Se quedó boquiabierto, no había absolutamente nada, toda una pared blanca sin nada. Entró y se fijó en las habitaciones pero nada… un vacío y absoluto silencio. Salió y le preguntó al portero sobre la chica, pero él le explicó que esa casa llevaba abandonada más de 100 años, que sólo vivió una mujer allí, pero que había muerto asesinada por su marido. El hombre traspuesto por la noticia se volvió loco y huyó del lugar, había amado a una muerta, a un espíritu y de hecho, la seguía amando. Se refugió en un psiquiátrico donde nunca jamás podría verla. Dos semanas después, le dieron la noticia de que la casa en que vivía había ardido en llamas y sólo entonces comprendió, que la chica le había intentado avisar de todo y que en el fondo ella también lo amaba.

Leer más...

La puesta de sol


Antesdeayer soñé que un meteorito gigante caía del cielo y partía la Tierra en dos, creando unos inmensos barrancos hacia el vacío, el mismo infierno. Era imposible escapar, ese vacío te absorbía. El terror, los gritos y la caras de las personas que estaban cayendo a mi alrededor fue una de mis peores pesadillas. Y cómo no, cuando me tocó el turno de caer, me desperté de un sobresalto.

Ayer hizo un día horrible, un día de esos grises imprevisibles. Lo típico del verano, que si ahora sale el sol, que si aparecen nubes negras y cae un tormentón que dura solo unos minutos. Nubes, rayos, truenos, lluvia, sol, arco iris. Uno de esos días que te retienen encerrado un día cualquiera de verano. Espero que mañana haga mejor.

Hoy ha sido completamente distinto, espléndido. Hemos ido de excursión y al volver, iba sentada en el coche en la parte de atrás. Miraba por la ventanilla y me entretenía jugando con mi mente y las nubes. El cielo estaba muy azul y habían algunas nubes de esas independientes con las que poniendo un poco de imaginación puedes reconocer formas, objetos, animales… me parece algo curioso y me encanta hacerlo. Hoy he visto un dragón echando fuego por la boca.

Mañana intentaremos llevar a cabo otros planes, si el tiempo nos lo permite. Espero que el cielo esté aún más despejado que el de hoy, para que se puedan ver las estrellas. Aunque la contaminación sea una capa que está ahí y no colabora demasiado. Pasaremos la tarde en la playa, disfrutando de la brisa y el olor del mar y de unas partidas a las cartas, seguramente. Voy a meterlas ya en la mochila, no vaya a ser que se me olviden. El objetivo es poder ver la puesta de sol con esas personas especiales, a las que se suele llamar amigos, y pasar la noche allí. Esa puesta de sol tan famosa y mágica de la que habla todo el mundo, que sólo se puede ver en esta playa y que nosotros, como vivimos en el interior, no hemos podido disfrutar nunca. Dicen que empieza a oscurecer, el cielo se vuelve naranja y se ve un sol enorme en el horizonte intentado huir del día escondiéndose dentro del mar. Ha llegado su hora de ir a dormir. Entonces es cuando toma protagonismo la luz de la luna y las estrellas y es el momento de tumbarse en la arena, sobre las toallas, para poder contemplarlas y reflexionar. Tranquilidad, tan solo escuchando las olas invisibles que surgen de ese mar oscuro que tanto miedo me da. Por eso, tengo pensado centrarme en el cielo de color y humor cambiantes. Ese cielo infinito que me transmite tanta libertad y que puede que sea la única salida para escapar, de un posible fin del mundo…


Uno de los textos más votados sobre la palabra "Cielo"

Leer más...

lunes, 4 de mayo de 2009

Cielo

Miraba por la ventana de la habitación al cielo, sus rizos volaban al viento, una suave brisa acariciaba su rostro, sentia en su cuerpo florecer la intriga y la desesperación. Sabía que se acercaba el momento, el crepúsculo caía, la oscuridad iba invadiendo cada zona iluminada por el sol, las sombras avanzaban así como caía la noche. El horizonte se volvió de un color vermejo, las nubes se bañaban de color sangre y eso hizo que se le erizara el pelo...

¿Estaba preparada?, por su mente pasaron imágenes de su vida, y se mezclaron con el tinte agrio de lo que iba a ocurrir. Pero... ella le deseaba, lo quería con todas sus fuerzas, y sabía que tarde o temprano iba a ocurrir.
Giró la vista de nuevo al infinito y vio la oscuridad en el cielo, éste se había vuelto oscuro, y un escalofrío la recorrió. No sabía expresar su sentimiento ansiosa por verle, ansiosa por el acontecimiento que iba a ocurrir, pero al mismo tiempo estaba aterrada.

De repente una mano fría se posó sobre su espalda, esta aquí... pensó. Se giró lentamente y le miró a los ojos, eran rojos. Esto le trajo el vago recuerdo del cielo rojo y sangriento, sus labios se posaron en ella y le besaron lentamente, fríos, sin vida. Sus manos empezaron a acariciar su cuerpo, y a desnudarla. Ella temblaba, él despertaba miles de emociones en su cuerpo, sus labios empezaron a descender rozando son sus dientes el cuello y aspirando el aroma de su vida, su sangre... Sintió cómo su cuerpo se elevaba y estalló en un tormento de pasión, empezando una danza salvaje, ella perdió su mirada en el horizonte, clavando su vista en el cielo oscuro, una noche nublada y sin luna. El roce de su piel la hacía enloquecer disipando sus dudas, estaba convencida, lista para la eternidad.

- ¡Hazlo!- chilló.

Una punzada en su cuello, un dolor penetrante y agudo y un orgasmo de pasión estallaron a la vez, y mirando al cielo de nuevo, una estrella brilló.

neus

Uno de los textos más votados sobre la palabra "Cielo"

Leer más...