domingo, 1 de agosto de 2010

Hoy he vuelto a sonreír

El sol brilla, los pajaritos cantan, y el puto despertador vuelve a joderme la vida. Me levanto encabronado, estoy harto del subnormal de mi jefe, de escuchar las payasadas del pelota de mi supervisor, y de ser infravalorado constantemente.

Cuando subo al bus para ir al curro veo las mismas caras de siempre. Viajo rodeado de personas amargadas que viven atrapadas por la rutina de un trabajo que odian. Toda esta gente me da mucha pena porque yo también siento lo mismo que ellos.

A las ocho llego al trabajo, y en la entrada está el hijo de puta de mi jefe mirándonos con gesto de superioridad. El muy cabrón se debe pensar que es un dios o algo así, pero no lo es, y yo se lo pienso demostrar. Delante de todo el mundo me dejo llevar por la ira y le pego una hostia en toda la cara. Sé que esto me causará problemas. Acabaré en la calle, y tendré una denuncia por agresión, pero por un momento he sido la persona más feliz del mundo, y después de mucho tiempo, he vuelto a sonreír.


Palabras: Ira

Leer más...

sábado, 3 de julio de 2010

Mujer Pez


Marido y mujer trabajaron en equipo como juraron ante Dios. Así fué como consiguieron que la alegre soltera maldijera sus madrugadas; esposada a la izquierda de un completo desconocido, nula y aterrada.

En progresión geométrica, la cólera parecía ser el sentimiento que con mayor fluidez despertaba en su "compañero".

Aquel impredecible huracán, aquel tornado de pelo en pecho, la devastaba en cada una de sus vertiginosas trombas; con la inmerecida contundencia de quien plagia frases de otros; arrojándole proverbios catequizantes a golpe de puño en mesa.

Durante los abruptos enfados de su marido, la mujer retorcía su encenagado cerebro implorando que escurriese una revelación cristalina; aquella que apaciguara el mudo y frustrante bramido de lo que se le revelaba como inexplicable. Esfuerzo inútil. Se odiaba; sobretodo, por permitirle que sus gélidos soplidos continuaran extinguiendo hasta la última chispa de su brillo. Entonces le pedía perdón, confusa; sin llegar a comprender qué irreparable error había cometido para arrancarle, una vez más, aquel ventarrón de ira.

Para sobrevivir a aquel Mistral, frío, seco y violento; la mujer decidió cerrar las ventanas, las contraventanas y las puertas de su corazón y mente; las aseguró con candados y lanzó las llaves al mar.

Desde entonces, vivió muda; como los peces.

Porque protegió los rescoldos de su alma a cal y canto, ya no discutían. Su marido, armado de paciencia por primera vez, la ayudó a entender que él, como gran hombre que era, se merecía mucho más que el desecho que se le arrastraba a su sombra; que aquella boquita de pez abriendo y cerrándose, implorándole agua, no estaba a su altura; y la dejó como, según él, se merecía: a secas.

Yerma, mujer pez en una árida estepa, gimiendo ahogado aire caliente. Deseando que pronto blanquearan sobre el infecundo suelo las clavadas espinas q la apuntalaban. Sola, en el desierto de los desiertos, en la “La Hamada”... la amada?

Igual por la lucidez que le dispensó el destello de comedia, y por el empuje de la vida y de los vientos alisios, y por su insólita tranquilidad, y por el hijo que, afortunadamente, aun no había tenido, y por … pudo seguir hacia adelante, hacia la hora siguiente y la otra; sedienta y rota; pero en paz.

Cuanto más avanzaba más moría, cuanto más moría más comprendía; y cuanto más comprendía, más se perdonaba y más se gustaba. Por fin acabaría su vida como siempre deseó, rodeada de amor; entre sus propios brazos. Asi fué como conoció la fortaleza, el empuje y la vitalidad de quien se siente una mujer amada; y se juró que, si salía de esta, viviría feliz sola; a no ser que alguien la ofreciera todo, y que ese todo fuera mucho más de lo que ella era capaz de soñar.

Y para aquellos que no crean en la magia, el relato termina aquí, pues únicamente para los que tienen fe, los milagros se suceden.

Sólo cuando la mujer se atrevió a imaginarlo, cuando creyó que se lo merecía, cuando estuvo preparada para recibirlo, y no antes, la vida la colmó con un oasis; cuyas aguas cobraron sentido al conocer su sed.

Abrumada por su transparencia, se derramó a cierra ojos en el manantial bendito; recogida entre sus firmes brazos, sumergiéndose en su pecho, convirtiéndose en su núcleo; libando hasta la última gota del paraíso que se vertía desde su fresca sonrisa a ella; dejándose colorear de felicidad con trazos grandes, emborronándola, saliéndosele del contorno; se zambulló en su profunda mirada azul mar abierto, se abismó en su alma oceánica; buceó sus pensamientos, admirándolos, adorándolos; y de entre sus virtudes... rescató unas herrumbrosas llaves.


Palabras: Ira

Leer más...

jueves, 24 de junio de 2010

Nueva palabra


IRA


(propuesta de Diego Escudero)


Plazo límite de entrega: miércoles, 14 de julio a las 23:00 (hora España)

Para participar, leer Reglas y Normas de la actividad.

Podéis enviar vuestros escritos por e-mail a: memenovela @ gmail.com o dejarlo como comentario en este mism post. Todos serán publicados en el blog.

Leer más...

lunes, 21 de junio de 2010

Inicio del Minirelato 5.1

Escribe tu final para el siguiente texto de inicio:


- Buenos días, mi amor, te tengo el desayuno preparado, he de irme a trabajar- despierta Alicia a su marido Javier.

- Buenos días, odio ese trabajo, ¿qué hora es?- Javier mira cansado su reloj -Alicia por Dios son las cinco de la mañana, ese jefe tuyo es un hipócrita.

-Javier, no empieces, paga las facturas, es lo que necesitamos.

-Alicia… está bien no empiezo, gracias por el desayuno- Javier se levanta pesadamente y abraza a su mujer cariñosamente -te quiero, vuelve pronto.

-Cuando pueda, yo también te quiero- Alicia besa a su marido y sale de la habitación, coge su bolso y las llaves de su coche y sale de su pequeño piso de las afueras de Barcelona.

Pasea por dos calles hasta que encuentra donde dejó su viejo Ford Fiesta. Entra en el coche y lo enciende para que la calefacción comience a calentarse, pone la radio, se coloca el cinturón y sale del aparcamiento. Recorre varias calles, semáforos, badenes... hasta llegar cerca de su actual trabajo. Busca para aparcar sin demasiada fortuna y tiene que retirase unas calles hasta conseguir hacerlo.

Sale de su coche y entra en una pequeña cafetería.

-¿Qué horas son estas de llegar, te llamé hace una hora?- grita un viejo y huraño hombre al otro lado de la puerta.

-¡Ya!, ya sé, es que tenía que prepararme, no te quejes que he podido venir.

-Siempre con excusas, cámbiate y empieza, es tarde.

……………

Pilar Bermúdez



Plazo límite de entrega: domingo, 11 de julio a las 23:00 (hora España)

Para participar, leer Reglas y Normas de la actividad.

Envíanos tu final por e-mail a: memenovela @ gmail.com o dejarlo como comentario en este mismo post. Todos serán publicados en el blog.

Leer más...

domingo, 20 de junio de 2010

Empecemos de nuevo (reset)

Desde finales de mayo este blog ha estado parado, muerto, en standby, como queráis llamarle. Insisto en que debe revivir, como las otras veces que lo ha hecho.

Propongo que empecemos de nuevo. Tenemos las miniactividades Palabras y Minirelatos. También prongo que pongáis un poco de vuestra parte, sino esto no revivirá así que hay varias opciones que podéis elegir:

1. Proponer nuevas miniactividades.

2. Proponer nuevas palabras para poder seguir con dicha actividad. (Podéis proponerlas aquí) --> Diego ya ha propuesto la primera (el resto podéis seguir aportando nuevas palabras)

3. Que alguien proponga un nuevo inicio (actividad Minirelatos) para escribirle un final. El primero que me lo envíe al e-mail (memenovela@gmail.com) será publicado y seguiremos con la actividad. --> Pilar ya ha propuesto uno.

4. Proponer cualquier cosa que sirva para reanimar la actividad del grupo.

Podéis seguir (o no) cualquiera de los puntos a través del e-mail del grupo o con comentarios en esta entrada.

A ver si ahora que llega el verano, la disponibilidad y el tiempo reviven nuestra inspiración ^^.

Leer más...

sábado, 29 de mayo de 2010

Inicio del Minirelato 5: Castillos Blancos

Escribe tu final para el siguiente texto de inicio:

Castillos Blancos

En la playa estaba la felicidad. De eso no me cabía duda. El rumor de las olas al llegar a la playa parecía hablar de libertad. Nos gustaba ese momento. Ninguna de nosotras decía palabra alguna al respecto pero nuestros ojos, nuestras miradas y nuestros labios acusaban ese beneplácito que nos producía aquel sonido. No había para nosotras días distintos en aquel lugar. Todos eran iguales, cargados con la misma alegría y disfrute. Pasear por la playa fue desde el momento de conocernos el mejor de nuestros deleites. Pensar en encontrar a dos personas en el mundo que gusten de lo que a una misma le gusta no es complicado, sí lo es si ese gusto es muy particular y se hace real, tal como se manifestó aquella vez. Caminar bajo el sol ardiente en enaguas, con paraguas y en una playa solitaria no es lo que precisamente se podría decir un gusto común. Así éramos nosotras. Nos encontramos de ese modo, tal como si alguien nos hubiese dado cita en aquella lejana playa y nos hubiese ordenado que debiéramos cada una asistir con nuestra ropa favorita y nuestros gustos excéntricos.

Verano de 2011, esa fue la estación en la que aquellos hechos se sucedieron. Aún me parece sentir la sensación de la arena escabulléndose por mis dedos mientras intento mantener fuertemente la presión sobre el puñado que he tomado de la playa. En el zenit el sol ha alcanzado su punto de equilibrio. El mar ruge, con un rugir único. Alguna que otra gaviota planea en busca de alimento. Y nosotras nada, ahí, tiradas sobre la arena, en silencio y a merced del sol, nos mantenemos expectantes de todo lo que nos rodea. Cualquier movimiento o cualquier sonido son perceptibles por nuestros sentidos. Nada se nos escabulle. Los lunares de las enaguas, el brillo de los paraguas al sol, el oscilar de los cabellos, cualquier cosa nos sorprende y nos roba una sonrisa. Sí, la felicidad también puede encontrarse en una playa, solo hay que saber verla.


Plazo límite de entrega
: lunes, 31 de mayo a las 23:00 (hora España)

Para participar, leer Reglas y Normas de la actividad.

Envíanos tu final por e-mail a: memenovela @ gmail.com o dejarlo como comentario en este mismo post. Todos serán publicados en el blog.

Leer más...

viernes, 28 de mayo de 2010

Instinto

Instinto que te mata, instinto que te hace vivir un día más.
No mueras en mí porque eres causa de mis tristezas y alegrías,
Encaminas mis miedos y sonrisas, llevas de la mano a mi odio y a mi amor,
Instinto deja atrás al pensamiento y hace latir mas rápido a mi corazón.
No te vayas de mí y maneja mi pasión.
Instinto me haces sentir vivo, con tu euforia y tu calor.


Palabra: Instinto

Leer más...